Monday 30 April 2007

ceniza diluida

mientras veia caer esa bola de ceniza al agua me daba cuenta del tragico destino que esta corria, la descomposicion. Un elemento que entonces era "entero" se convetiria en infinitas unidades. Se perderia un ser. Bueno, finalmente a todos nos ocurre, perdemos la sensacion de unidad, de solidez. Perdemos la identidad, todo funciona demasiado bien, me refiero a nuestro cerebro, somos capaces de asimilar tanto que nos convertimos en un compendio ajeno a nosotros mismos, asi perdemos a nuestra persona. Nuestra cultura es mucho mas poderosa que nosotros, nos sobrepasa, aunque la asimilemos.
La ceniza cayó y el agua se volvio ligeramente negra conservando su transparencia.

Tuesday 17 April 2007

Tal vez este post no lo ha escrito Mario Milagro


Ya os lo habia dicho, di la contraseña de mi mail (la cual me lleva a mi blog) a demasiadas personas, esto me ha provocado un sinfin de disgustos y algun que otro placer. En las ultimas semanas me han publicado numerosos articulos en mi blog que no puedo borrar, mas tarde cambiaron mi contraseña por lo tanto no podia acceder ni a mi bandeja de entrada ni a mi blog. Informe a hotmail de mi problema y me mandaron un formulario para verificar si realmente yo era el autentico "Mario Milagro" o simplemente un burdo farsante. El anterior post, ese que sale Zidane vs Zidane, evidentemente no es mio y este si lo podria borrar pero bueno, ahi se queda.
Bueno, aqui os paso algunas de las preguntas que, despues de innumerables mails, me han hecho los energumenos de Hotmail:

- Lista de direcciones IP de las computadoras que sueles utilizar para acceder a tu cuenta. (sea de tu oficina, casa, cibercafe, etc.).

- Fecha aproximada de la creación de la cuenta (mes/dia/año):

- Carpetas personalizadas que has creado en Hotmail (aparte de las predeterminadas):

- Contactos de tu libreta de direcciones (todas):

- Fecha y hora de la ultima vez que besaste a una mujer:

- Nombre de usuario de messenger:

- Contactos favoritos:

Bueno, de ese rollo, os haceis una idea. Imagino que una de las preguntas os ha llamado poderosamente la atencion, a mi tambien. Yo en todo caso la respondi religiosamente, de hecho creo que di demasiados detalles al respecto. Yo lo que queria es que me devolviesen mi contraseña asi que por si acaso comente todo lo que estaba al alcance de mi memoria. fecha, hora, temperatura, color del pelo de la mujer, olor de la mujer, sensacion que el acto produjo en mi, todo...
Dos dias despues recibi la respuesta del equipo tecnico de hotmail. Me devolvieron mi contraseña.
Cuando por fin abri mi correo me encontre con varias cosas interesantes: Un rechazo de matriminio de la mujer que me envia el programa de la filmoteca, un mail que me daba la bienvenida como nuevo socio al grupo ultranacionalista "Hitler's daughter" (cualquiera la anula...) bueno y varios mails de amigos mios enfadados por los insultos que les habia proferido.
Bueno, en todo caso invito a la(s) persona(s) que desinteresadamente han robado mi identidad a desmascararse, os invito a expresar los motivos que os llevaron a cometer tales fechorias y obras de bien.

Wednesday 11 April 2007

Dos caras


¿Es bonito el dolor? Ayer estaba en la estacion de tren de una ciudad grande, de esas con muchas vias, unas 17. Las personas van a distintas velocidades, el vagabundo no se mueve; algunas parejas corren sonrientes; otra gente sale de un taxi que ya llegaba con prisa; el precavido se puede permitr ojear las revistas mientras espera a que su tren salga hacia el lugar donde, sin ganas, se encontrara con alguien; algunos jovenes estan tumbados en los asientos diseñados para estar sentados, hacen malabarismos para dormir, parece que llevan ahí 12 horas; a su lado hay viejos que tambien llevan ahí mucho tiempo, unos doce años. Y tambien estoy yo, en calidad de narrador por lo tanto solo observo, de hecho no hay ningun motivo para que yo aparezca en este relato, no estoy sentado, ni corriendo, ni con prisa, ni nada...
En la via 2 un tren sale hacia Bilbao y en la via 17 otro esta a punto de partir hacia Paris. Dos hombres que no se conocen llegan tarde a sendos trenes. Uno, el que va a Bilbao, es rubio, tiene una cicatriz en la frente, pequeña, apenas perceptible, lleva vaqueros y una camiseta blanca en la que aparece la cara de un hombre viejo dibujado a lapiz. Su casa esta en la capital vasca. El otro va a Paris por negocios, la empresa para la que trabaja le paga un billete de primera clase dos veces por semana. En el taxi ha hablado de futbol con el conductor, a pesar de que en la conversacion se ha citado al "Paris Saint Germain" no ha sentido ninguna necesidad de comentar que esa era la ciudad a la que se dirigia. Este hombre no parece tener ninguna cicatriz en la cara y tambien es rubio, mas que el hombre que va a Bilbao, pero aun asi no parece extranjero.
El observador narrador ve como ambos corren en direccion contraria, uno hacia la via dos y otro a la diecisiete. El hombre que va a Bilbao corre sin esperanza, pero seria un fastidio perder el tren, asi que lo intenta, no pierde nada, ya se ha pegado la paliza desde que ha salido de su casa, corriendo por el metro, empujando a la gente... El hombre que va a Paris tiene que correr, pero cree que si que que va a llegar a tiempo aunque necesite esforzarse. Gira la cabeza hacia el reloj de la estacion, todavia tiene un minuto y medio, vuelve a dirigir la mirada al frente, en cuanto lo hace siente un fuerte golpe en el rostro.
Yo, como espectador anonimo veo lo siguiente: dos hombres en direcciones contrarias corriendo a toda velocidad. Parece imposible que no se hayan advertido el uno al otro. Mi curiosidad desea un choque, un acontecimiento, y asi ocurre, sin que ninguno de los dos frene su velocidad sus caras chocan fuertemente. El primer impacto, y el principal, se produce entre sus rostros. Casi nariz con nariz. El golpe es tan fuerte que por un momento un ligero halo de sangre aparece alrededor de sus cabezas. Ambos caen al suelo con el pelo rubio manchado de sangre. No puedo evitar pensar que es una imagen bonita, completa, en distintos tiempos con distintas intensidades, tan humana! Lo que siento es tan contradictorio. No puedo evitar pensar que una escena asi me enriquece como espectador.